Un código de barras de ADN, dará a cada planta y animal del planeta una huella genética única, a través del proyecto internacional de código de barras de la vida, que planea catalogar cinco millones de especímenes de 500 000 especies en los próximos cinco años.
La tecnología -promovida por el Consorcio del Código de Barras de la Vida (CBOL) que reúne a diversas instituciones científicas- ya está siendo aplicada en varios campos, desde la investigación médica y agrícola hasta la conservación de especies en extinción y prevención de delitos como contrabando y comercio ilegal de especies.
Unos 350 expertos de 50 países se reunieron en México para acordar este nuevo sistema de identificación de especies.
El investigador en biología Juan Enriquez –quien dirigió el "Life Science Project" de la Harvard Business School y lidera la compañía Biotechonomy- define al nuevo hombre como aquel que será capaz de definir el futuro de su especie y su propio futuro tomando el control de la evolución.
Para el experto estamos en el punto de “reinicio o reboot” en el cual la convergencia de la manipulación del ADN, la terapia génica, el empleo de células madre (stem cells), el cultivo de tejidos y los algoritmos informáticos nos permitirán dar grandes saltos en el conocimiento.
Lo realmente interesante es abordar el ADN como la más grande plataforma de información existente sobre la vida, con infinidad de herramientas incluidas en su código, todas a nuestra disposición para producir, remixar, innovar y crear.
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