¡Costa Rica, de pacifico a pasivo!

¡Costa Rica, de pacifico a pasivo!

Sin conocer al investigador Jairo Mora y sin haber estado con él en aquel fatídico momento, puedo asegurar que lo ocurrido no fue ningún accidente, como declaró nuestro vicepresidente a CNN. 

La definición de accidente según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española no tiene ninguna acepción a lo que ocurrió en la playa esa noche. No es un accidente que un grupo de encapuchados te retenga y apaguen tus ilusiones con un disparo en la cabeza.

Esta indignante declaración me ha dado vuelta durante todo la noche, más aún viniendo de una persona que ha sido referente en el tema ambiental de este país.
Estar en un lugar inadecuado y riesgoso y cumplir con su obligación de denuncia para responder a sus ideales, fue su “error”. Pero, el país le dio a Jairo y a un grupo de valerosos investigadores una autorización para estar ahí, para realizar su trabajo, mientras que a estos cobardes no. Aun así don Alfio indica que no debía estar ahí.

Mi impresión es que logramos trasladar la visión de seguridad imperante en San José, hasta zonas aledañas a la capital, donde los inocentes están detrás de barrotes en sus propias casas y los delincuentes afuera haciendo de las suyas.
Las playas son inseguras (¡que novedad!), pero las tortugas marinas, símbolos que a nadie les molesta utilizar en sus campañas turísticas, están ahí.

Solo por situaciones como estas, nos damos cuenta que nuestros tesoros nacionales no pueden ser estudiados, ni protegidos, por la ocupación de grupos ilegales.
Su participación en este canal de televisión manda las señales que esperan los delincuentes. Directamente le decimos a la población que son áreas inseguras donde no se debe estar y no es recomendable “exponerse”, pues no se pueden proteger.
Para entender un poco más la situación, es necesario hacer algunas estimaciones financieras (muchos parecen solo entenderlo de esta manera).

Una tortuga marina se vende en el mercado negro en más de US$200, los botes que viajan desde Limón para llevárselas, tienen una capacidad de almacenamiento de hasta 40 tortugas (varias veces en una sola noche se liberaron en Parque Nacional Tortuguero cantidades superiores).
Cuando los sujetos son detectados o detenidos esto representa una “pérdida” para los delincuentes de aproximadamente US$8.000.
Por otro lado el precio promedio de un kilogramo de Cocaína en Limón es de US$2.400, las presentaciones de la droga que aparecen en las playas de anidamiento de las tortugas marinas pesan entre 25kg-2000kg. Cuando alguien informa sobre presencia de estos sujetos en las playas o sobre el hallazgo de droga, eso representa una pérdida de ingresos de entre US$60.000-US$4.800.000.
Las embarcaciones que se utilizan para transportar la droga y los sujetos que participan en su recuperación, son regularmente los mismos que trasiegan con tortugas.

Muchos pobladores callan por temor y otros por que el narcotráfico ha generado al menos tres nuevos tipos de actividades laborales en la zona.
• Los caminantes de playa, que transitan toda la costa caribeña esperando que la marea les traiga la “herencia”. Estos suelen aparecer de un día a otro como millonarios.
• Los boteros que patrullan las zonas de desarrollo de alimentación de las tortugas marinas, en busca de lo que las corrientes han podido llevar hasta allá.
• Los transportistas de combustible en alta mar, que basan su negocio en llevar combustible a las embarcaciones que utilizan nuestros mares para trasladar la droga entre Colombia y México.

Del otro lado tenemos a los actores que protegen las tortugas marinas: investigadores y guardaparques (en algunos sectores únicamente).
En el caso de los investigadores, están armados solo con su palabra y mientras que los guardaparques librar una lucha que supera las dimensiones de aquella que sostuvo David contra Goliath. Como autoridad de policía se les han asignado dos tipos de armas principalmente, Carabinas 30 M1 y revólveres calibre 38 y con esas se enfrentan a fusiles AK47 y otros tipos de ametralladoras, ni que decir de sus embarcaciones, que en muchas ocasiones han sido utilizadas como armas en su contra.

Esos dos grupos representan muchos Jairos, que siguen protegiendo parte del patrimonio de todos.

Sin ser adivino estimo que durante un máximo de dos semanas se llevarán a cabo una serie de patrullajes en la zona, posiblemente esto vaya acompañado de la inclusión de tres nuevos funcionarios que en cuestión de días volverán a abandonar la zona.
¿Y nosotros? Ya muchos hemos olvidado la situación y pasamos a tomar parte de esa misma actitud pasiva que exhibe esta administración de gobierno y muchas que estuvieron antes.

¿De qué manera se puede lidiar con esto si no se cuenta con un apoyo real del poder ejecutivo?
• Entrar en el negocio o dejarse comprar: No cuesta tanto entrar. A los narcotraficantes no les importará mucho “regalar” algunos kilos para mejorar los ingresos mensuales de los nuevos participantes, cuyos salarios rondan los US$800. El trueque incluye guardar silencio y brindar información de interés. Claramente será un tema de valores.
• “Hacerse de la vista gorda”: Actuando como si no hubiera visto ni supiera nada, aunque eso no los deja muy cómodos regularmente y en algunos casos no se lo permitirán.
• Denunciar: Cumpliendo con su obligación moral o respondiendo a sus convicciones.
¿Cuál opción escogería si estuviera en esa situación?
La pérdida del colega no debe ser visto como un acontecimiento aislado, debe trascender a un hecho que supera la exhibición de la noticia Facebook y que al siguiente día se cambia por la de actualidad.

¡Justicia para Jairo!


Artículo por :Allan Valverde