¡A reducir las tasas de extinción!
Alrededor de 150 especies se extinguen cada día, considerándose, junto con la de los dinosaurios, una de las olas de extinción más grandes del planeta. Los datos proporcionados por la Escuela Latinoamericana de áreas protegidas (ELAP) son alarmantes, ya que indica que en Costa Rica se encuentran 235 especies de fauna silvestre en peligro, mientras que 1300 especies de plantas están amenazadas bajo ese riesgo.
El jaguar, el águila arpía, el oso hormiguero gigante, el mono tití y el manatí, son las especies mejor conocidas en Costa Rica, que están en peligro de extinción.
Y es que, en este momento, la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) incluye 3.240 especies de animales y plantas en peligro crítico, es decir inminente, de extinción, además de 4.728 especies en peligro de extinción. Estas cifras se refieren únicamente a las especies suficientemente estudiadas y sobre las cuales existe información confiable de su estado poblacional. Pero además de estas, desaparecen muchas especies discretas como insectos y hongos que no han siquiera sido descritos por la ciencia.
Según la ELAP, se considera como extinción a la desaparición de todos los miembros de una especie, que a pesar de ser un proceso natural, en los últimos decenios, las tasas de extinción han sufrido un aceleramiento considerable debido a diversas causas.
“La tasa de extinción actual es aproximadamente mil veces más alta que en condiciones en las cuales el ser humano no tuviera ningún impacto”, señala el informe.
Se calcula además, que una de cada cuatro especies de mamíferos y una de cada ocho especies de aves está amenazada de extinción.
Los motivos de extinción son múltiples, por lo que se debe iniciar urgentemente medidas para reducir de alguna manera esta problemática.
• Apoye iniciativas de conservación de especies y proyectos de educación ambiental mediante servicio voluntario o aporte financiero.
• Intente reducir las emisiones de gases contaminantes que alteran el clima, mediante un consumo responsable, adquiriendo lo necesario, regulando la utilización de vehículos y buscando favorecer las tecnologías limpias.
• Reduzca la explotación directa de plantas y animales silvestres.
• Adquiera productos certificados.
• Apoye iniciativas legales que busquen controlar las amenazas ambientales.
• Apoye programas de conservación de biodiversidad y procesos de educación ambiental
• Infórmese y comparta este tipo de información con sus amigos y seres queridos.
Fuente:
Escuela Latinoamericana de Áreas Protegidas (ELAP)
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